Las hierbas medicinales son aquellas cuyo poder les ha sido otorgado para ayudarnos a preservar nuestra personalidad
Así como Dios, en Su Misericordia, nos ha dado alimento, también ha colocado entre las hierbas del campo plantas maravillosas que nos deben sanar cuando estamos enfermos. Están allí para extender una mano amiga al hombre en esas horas oscuras en que éste ha olvidado su Divinidad, y permite que una nube de miedo o dolor oscurezca su visión.
Estas hierbas son:
CHICORY, MIMULUS, AGRIMONY, SCLERANTHUS, CLEMATIS, CENTAURY, GENTIAN, VERVAIN, CERATO, IMPATIENS, ROCK ROSE y WATER VIOLET.
Cada hierba medicinal corresponde a una de las cualidades humanas, y su propósito consiste en fortalecer esa cualidad, de tal forma que la personalidad pueda elevarse sobre los errores que representan ese particular obstáculo.
Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha reconocido que nuestro Creador, en Su Amor, ha hecho crecer hierbas en el campo para nuestra curación, así como ha provisto los cereales y las frutas para nuestro sustento.
Los astrólogos, que han estudiado las estrellas, y los herbolarios, aquellos que han estudiado las plantas, han estado buscando esos remedios que nos han ayudado a mantener nuestra salud y nuestra alegría.
Para encontrar la hierba que nos puede ayudar, debemos encontrar primero el objeto de nuestra vida y también comprender las dificultades de nuestro camino. Las dificultades que denominamos nuestros errores y debilidades, porque no son para nosotros la misma prueba de que estamos realizando grandes cosas: nuestras faltas deberían ser estimulantes, porque eso significa que tenemos altas metas.
Dejadnos descubrir por nosotros mismos en qué batallas combatimos, a que adversario tratamos especialmente de vencer, entonces podemos recoger agradecidamente la planta que sea apropiada para conducirnos a la victoria. Deberíamos aceptar estas maravillosas hierbas de los campos como un sacramento, como un don Divino de nuestro Creador para ayudarnos en nuestros problemas.
En la verdadera curación no importa cuál es la enfermedad: es el estado mental, sólo la dificultad mental, lo que demos considerar; lo que importa es que no estamos siguiendo el Plan Divino. Esta desarmonía con nuestro Yo Espiritual puede producir cientos de diferentes debilidades en nuestros cuerpos (pues nuestros cuerpos, después de todo, simplemente reproducen el estado de nuestras mentes), ¿pero qué importa eso? Si podemos poner en orden el cuerpo pronto estará curado. Es tal como Cristo nos dijo: ?¢‚Ǩ?ì¿Qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda??¢‚Ǩ¬ù
Todos somos sanadores, y con el amor y la compasión en nuestras naturalezas seremos capaces de ayudar a quien realmente desea sanar. Busque comprender el conflicto mental del paciente, adminístrele el remedio que le ayudará a superar ese defecto en particular, y todos los alientos y esperanzas que pueda, y luego la virtud sanadora interior de él hará el resto.
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Muchos años han pasado desde que tuve en mis manos ese fabuloso libro titulado " Obras completas del Dr. Bach", y que ahora de nuevo, después de ese largo tiempo he vuelto a leer, y que bueno es poder entender lo que Bach me dice en sus escritos, mensajes que antes, mi corazón no podía entender, tal vez porque había una barrera muy cerebral que no me permitía ese entendimiento.
No se si os habrá sucedido lo que a mí, o por el contrario no habrás tenido la oportunidad de leer el libro, sea lo que sea, siento la necesidad de compartirlo contigo.
Un abrazo.