olivo y viñedo

Hoy escribo este artículo con un encabezado un tanto singular:

¿Por qué nuestro voluntariado perdura y persiste?

Pues sencillamente porque nuestro equipo de voluntarios y voluntarias constituye un grupo compacto de personas muy bien preparadas y con una vocación firme arraigada en su corazón. Diría incluso más allá, en el alma, puesto que algun@s llevan ya años de servicio y ahí están, siguen: No les puede detener ni una pandemia ni el cierre de muchas organizaciones.

Desafortunadamente, en el camino y, desde la pandemia, hemos perdido varias asociaciones, entre ellas dos residencias de ancianos, que al cambiar de directiva decidieron prescindir de nuestro servicio de voluntariado en el que llevábamos varios años. También cerró una importante ONG con la que colaborábamos, por falta de subvenciones estatales. En fin, por una u otra razón, la lista de asociaciones ha disminuido un poco, pero no la de nuestr@s voluntari@s, ya que ell@s siguen firmes y no se desaniman fácilmente.

Objetivo y finalidad de ser voluntario

El objetivo y finalidad de un@ voluntari@ es el de ayudar y colaborar, de una forma solidaria y altruista, a mejorar la calidad de vida de los demás.

El Voluntariado es ante todo y, sobre todo, Compromiso, el cual debe ir acompañado de implicación y responsabilidad.

Solidaridad es una palabra sobre la que gira todo el sentido de un@ voluntari@.

Para pertenecer a un voluntariado hay que tener un profundo sentimiento de solidaridad, humanismo y altruismo. El voluntariado es sinónimo de generosidad.

El/la voluntario/a, haciendo honor a su nombre, es una persona voluntariosa que actúa con intención, ánimo, resolución, decisión y disposición; y también con cariño y amor.

Ser voluntari@ exige tener un elevado espíritu de sacrificio y abnegación, junto con una voluntad de servicio. No se actúa por obligación, sino por devoción.

El/la voluntario/a es una persona “corriente” que realiza actuaciones “extraordinarias”.

Debemos de ser conscientes de que la acción más pequeña es mejor que la intención más grande.

Comparto del ideario de la Cruz Roja: «Un@ voluntari@ es una persona preparada para servir a su comunidad, dispuesta a trabajar por la solidaridad humana, la amistad y la paz, de manera alegre, dinámica y creativa, sin esperar nada a cambio».

El/la voluntario/a no debe esperar que le den las gracias por su acción o ayuda. La gratificación que recibe es un beneficio espiritual: sentir la satisfacción de que ha contribuido a que alguien se encuentre bien.

La mayor riqueza de pertenecer a un voluntariado es que no se percibe ninguna retribución económica de ningún tipo; nuestra retribución repercute en la armonía física, mental y espiritual.

El “tiempo” del voluntario/a es el capital necesario e imprescindible para que un voluntariado funcione.

Como coordinadora de nuestro equipo de voluntarios y voluntarias, aprovecho nuevamente estas líneas para mostrarles mi cariño, gratitud y, sobre todo, mi respeto por la gran labor que realizan y por su entrega.

Nuestro querido Maestro, Edward Bach, seguro que se sentirá orgulloso de nuestro equipo de Voluntariado, pues con su servicio apoyamos el lema que figura grabado en la lápida de su tumba: «Contemplad, estoy vivo para siempre». Y mientras haya voluntari@s florales de SEDIBAC, así será, llevaremos su mensaje de amor, ayuda y abnegación allí donde se nos solicite.

Artículo de la revista 104. Escrito por Elisa Villagrasa , Presidenta de la Asociación y Coordinadora del Servicio de Voluntariado de SEDIBAC

Conoce más del voluntariado aquí:

Voluntariado SEDIBAC y en este PDF, con información más detallada.

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