Aquest capítol pertany al llibre escrit pel Dr. Ricardo Orozco: Flores de Bach. 38 Descripciones Dinámicas, El Grano de Mostaza, Barcelona, 2013.
WILLOW (WIL)
SAUCE. SALIX VITELLINA
LO QUE BACH DIJO DE WIL:
«Para quienes han sufrido adversidades o infortunios y no los pueden aceptar sin quejas ni resentimiento, ya que juzgan la vida de acuerdo con el éxito que les trae. Piensan que no han merecido pasar una prueba tan grande; que la vida ha sido demasiado injusta con ellos y se convierten en amargados.
A menudo pierden el interés y se vuelven menos activos en aquellas cosas de la vida de las que antes disfrutaban».
PALABRAS CLAVE
Resentimiento. Amargura. Sentimiento de frustración y fracaso. Negatividad. Animadversión. Rencor. Suspicacia. Desconfianza. Agresividad pasiva. Ira contenida. Retención. Irritación. Rigidez.
WILLOW COMO TIPOLOGÍA
En WIL el individuo proyecta hacia el exterior sus decepciones, su rencor, su resentimiento. En él solo salta a la vista el lado negativo de la vida. <<Se ve a sí mismo como alguien incomprendido, con mala suerte, despreciado, gafe y devaluado por los demás. Reconoce sentirse amargado, descontento y desilusionado con la vida>>. (253)
WIL no está satisfecho del balance de su vida y culpa de su infortunio a los demás, a una determinada persona, a la sociedad, al destino, al karma, a Dios o, en todo caso, a una fuerza cósmica que actúa sobre él condenándolo a una existencia plagada de tropiezos. En este patrón, la persona cree no tener ninguna responsabilidad de su situación: la culpa la tienen siempre los otros. Es el otro extremo de Pine, en lo que a gestión de la culpa se refiere.
WIL se considera una víctima del perverso destino, preguntándose a menudo: <<¿Qué he hecho yo para merecer esto?>>, o bien: <<¿Por qué me suceden a mí estas cosas?>>, en una actitud cargada de autocompasión e hipocresía.
<<Con frecuencia se muestra susceptible, irritable y temperamental, seguido de un retraimiento malhumorado (…); petulante e impaciente, desprecia sin motivo a las figuras de autoridad y refiere sentirse molesto con facilidad o frustrado por ellas>>. (254)
Esto explica la gran cantidad de tipologías Vervain que presentan rasgos WIL, ya que, como veremos, Vervain cuestiona permanentemente el principio de autoridad, debido a una clara personalidad antisocial. (255) WIL parece gestionado por un poderoso mecanismo de defensa construido ladrillo a ladrillo por quien se ha sentido herido y boicoteado en diversos aspectos de la vida: profesional, social, afectivo, etc. De resultas de ello, y según su escala de valores, no ha conseguido los logros que creía merecer por lo que se siente frustrado y fracasado. (256)
Los impedimentos alegados por WIL pueden ser objetivos (reales) o meramente subjetivos (parcial o totalmente falsos), como es el caso de las personalidades paranoides. Como estas últimas, WIL es básicamente desconfiado. Demasiado suspicaz. Muy predispuesto a tergiversar y malinterpretar el sentido de los sucesos, palabras y gestos de los demás: «Si dice esto o hace lo otro, indudablemente es porque trama algo contra mí». Existe una gran necesidad de confirmar sus sospechas. Este y no otro parece ser el sentido de sus interpretaciones distorsionadas, mediante las que justifica su actitud vigilante y defensiva.
WIL no posee las herramientas, ni la suficiente autocrítica, como para ver su parte de implicación en la gestión de los acontecimientos. Pretende sustraerse del escenario de sus acciones pasadas y presentes cargando completamente la responsabilidad en el exterior y eximiéndose de toda actitud inadecuada, lo que hace de él alguien básicamente cínico.
En muchos casos, pueden rastrearse infancias complicadas marcadas por abandonos, familias ausentes o desestructuradas, abusos infantiles, etc. Pero los anteriores no son antecedentes presentes en todos los WIL. En cualquier caso, ellos creen que estas circunstancias adversas los legitiman, algo así́ como una «patente de corso» para tener una actitud egoísta y desconsiderada con sus semejantes.
WIL es el típico amargado, el aguafiestas. Sus padecimientos lo hacen huraño, depresivo, cascarrabias y, con el tiempo, tiende claramente al aislamiento, a medida que van aumentando la amargura y el resentimiento. Su carácter negativo, avinagrado, mezquino y malhumorado, no predispone a establecer, o tan siquiera mantener, relaciones de amistad. Además, como ya se comentó, es demasiado desconfiado. Por otra parte, muchos WIL son pendencieros, despectivos, corrosivos e incluso faltos de escrúpulos.
WIL emite una energía muy negativa y, lo que es peor, muy contagiosa, desvitalizante y destructiva. La gente que convive con él puede sentir como si perdiese energía, por lo que es muy necesario protegerse con la toma de Centaury y Walnut.
La condición WIL es algo más frecuente en ancianos, ya que han tenido más tiempo para perseverar en una actitud equivocada, pero no es exclusiva de ellos.
WIL no es proclive a dar, pero no pone impedimentos a la hora de recibir, ya que lo considera como una compensación «que la vida le debe». Este hecho determina que sea absolutamente desagradecido. No se interesa para nada por las otras personas y escuda sus responsabilidades en que es «una víctima del destino», lo que lo convierte en un gran egoísta.
En su negatividad, WIL no comprende a los demás (empatía nula) y le molesta que otras personas puedan sentirse alegres, sanas, y se desenvuelvan bien en la vida. Esto último es percibido como una provocación que se manifiesta en envidia y que hace que se sienta llamado a combatir esa felicidad; de ahí el apelativo de aguafiestas. Es como si, en lugar de querer nivelarse en lo positivo, deseara socializar la frustración y el fracaso. Su lema parece ser: <<Si yo estoy mal, ¿por qué los demás tienen que estar bien?>>. Para ello, cultiva un tipo de agresividad pasiva que, tradicionalmente, ha sido descrito en la literatura floral como ira contenida.
Esta agresividad pasiva se puede ejercitar de muy diversas maneras. Ya mencionamos su «trabajo» de aguafiestas. Debemos añadir la crítica malintencionada y descalificadora que busca minar los méritos ajenos.
WIL se sentirá explotado en cualquier trabajo, más allá de lo que haga o deje de hacer, relacionándose con los demás desde el descontento y la sospecha, por lo que es muy posible que exprese la agresividad pasiva de la que se hablaba, siendo poco colaborador y negándose a satisfacer las expectativas de los demás, aplazando las acciones y mostrándose ineficaz y obstinado, puesto que, en realidad, experimenta gratificación al socavar el bienestar y las aspiraciones de las otras personas (Millon). (257) No quiere esto decir que en los trabajos siempre tenga que adoptar una actitud claramente obstruccionista, ya que ello le acarrearía muchas veces el despido (de hecho, se lo suele acarrear). Lo que ocurre es que puede mantenerse en la línea de lo mínimo posible. Esta actitud tan desconsiderada suele aumentar mucho cuando el tipo de trabajo que realiza no tiene una supervisión jerárquica directa y eficaz.
Otras formas ideales de boicot para WIL pueden ser: retener hasta el último momento un pago, sabiendo que la persona a la que va destinado necesita ese dinero de forma imperiosa; rechazar todo plato cocinado por la nuera, aduciendo que no le sienta bien, etc. Por supuesto, todas estas actitudes lo sitúan en la cima de la antipatía.
La ira contenida, que como veíamos va asomando de forma más o menos pasiva, ha sido comparada por Scheffer a <<un volcán despierto, que arroja columnas de humo pero sin llegar a la erupción>>. (258) Sin embargo, muchos WIL no tienen esa capacidad de contención, explotando a Holly, que sí representa el volcán en erupción.
Resulta fácil entender que tanta frustración, fracaso y decepción produzca, en muchas personas, rabia constante o, lo que es lo mismo, una agresividad latente que genera una presión interna, vivida generalmente como ansiedad. Un Cherry Plum interior que mantiene el volcán de la metáfora de Scheffer en actividad, pero que puede explotar en la mencionada erupción (Holly). Dicho de otra manera, WIL es un enfadado crónico, hecho que lo convierte en algo muy peligroso: un linchador en potencia. Y, en este punto, conviene recordar las tópicas películas del oeste norteamericano, en las que muchos ciudadanos aparecían siempre malhumorados y predispuestos a ahorcar a cualquier forastero sospechoso de lo que fuera.
La vida actual también se puede considerar un gran vivero de frustraciones y, a menudo, es solo la inminencia del peso de la ley lo que consigue mantener a tantos WIL en los límites de la agresividad pasiva.
Resulta desasosegante constatar las altas cotas de audiencia que consiguen los programas televisivos del «corazón» o de la «prensa rosa», (259) en los que mucha gente frustrada encuentra alivio al ver que personajes ricos, guapos y famosos también viven historias tristes y miserables; que también sufren. Naturalmente, estos programas se regodean en este tipo de conflictos, a la par que los airean y venden, cuando no los fabrican o simulan. Gran parte de los espectadores toman partido por unos o por otros y arremeten en cualquier conversación con furia contra los «malos», sin ningún conocimiento de causa y proponiendo castigos de lo más crueles. ¿De dónde viene toda esa rabia? De WIL. No en vano, Jordi cañellas relata, en su imprescindible libro, que el sauce puede y suele alimentarse de aguas residuales. (261)
Un dato interesante a tener en cuenta es que, para mantener un estatus de enfadado crónico, la mente debe rumiar <<en un monólogo de pensamientos irritantes>>.
Además de su vertiente tipológica puede considerarse a WIL como rasgo de personalidad presente en otras tipologías.
Al principio del capítulo se anticipaba Vervain como un buen productor de WIL, pero es necesario añadir a la lista a Gentian y Chicory tipológicos. Gentian, porque su negatividad y pesimismo depresivos suelen abocarlo al fracaso; Chicory se resiente cuando los demás se protegen y no admiten ser manipulados ni regentados por él y, además, por la falsa percepción que tiene de dar mucho más de lo que recibe, hecho que lo hace esperar «lo que la vida le debe» con una impaciencia irritada. También suelen generar WIL los Mimulus/Larch cuando, en lugar de reconocer que el «fracaso» puede haberse debido a su falta de valentía y dificultad para asumir riesgos, culpabilizan a los demás.
Los WIL son en la enfermedad pacientes difíciles, por su desconfianza y negatividad; poco proclives a sanar y mucho menos a colaborar. cuando mejoran les cuesta admitirlo: <<Parece que estoy algo menos mal>>.
Pueden padecer todo tipo de dolencias. Generalmente, sufren ansiedad y tienen tendencia depresiva. También síntomas fóbicos, que les sirven de excusa para no satisfacer las expectativas de otros. Muchos de ellos instrumentan y exageran sus enfermedades para obtener bajas laborales y prestaciones sociales permanentes del tipo invalidez. No olvidemos que la mayoría de WiL son litigantes y consideran que los demás «les deben algo».
Se han descrito muchos casos de artrosis cercanas a esta personalidad, así como gastritis, problemas hepáticos y de la piel.
WILLOW COMO ESTADO
Cualquier persona, aunque no sea de forma crónica, puede tener episodios WIL. Nadie está exento de sufrir graves injusticias que le generen resentimiento con algunas personas o instituciones, pero no coincidir con la descripción tipológica. Es decir, no sentirse fracasado ni tener actitudes negativas de crítica ni animadversión, e incluso ser una persona positiva y tranquila. En estos casos, WIL es una esencia muy activa para ayudar a trabajar el vínculo negativo que representa el resentimiento.
A nadie escapa que casi cualquier enfermedad puede, en un determinado momento, provocarnos rechazo y resentimiento hacia ella, al mismo tiempo que la consideramos como algo ajeno a nosotros y, sobre todo, injusto. En este caso, en que el estado WIL surge como consecuencia y no como causa de la enfermedad, también es indicado administrar el remedio.
Es una buena esencia para tratar la reacción de resentimiento hacia Dios (o el destino, el karma, la vida, etc.) que puede surgir en la fase de duelo posterior a la muerte de alguna persona muy querida.
La toma de WIL puede ayudarnos cuando, por un espacio de tiempo, una serie de infortunios nos hacen sentir que la vida está en contra nuestra o bien que somos «gafes».
Existen casos de WIL temático donde, debido a algunas experiencias negativas, o incluso sin ellas, uno está resentido con algún colectivo (taxistas, policías, políticos, perros, etc.) o todo un género (hombres o mujeres), lo que sin duda puede resultar muy limitante. Este mecanismo constituye una hipergeneralización muy extendida, como podemos comprobar en el día a día de muchas personas. Representa una simplificación del mundo para hacerlo más manejable. En base a alguna experiencia negativa, para defendernos del agente que ha causado nuestra frustración o dolor, intentamos prevenirnos y apartarnos de él lo más posible; por ello, necesitamos incluir a todos los seres u objetos de la misma clase. Sin duda, es un mecanismo que demuestra una clara inmadurez, dada la falta de discriminación que implica.
En consulta, se puede emplear alguna herramienta cuando el paciente incurre en frecuentes hipergeneralizaciones. Por ejemplo, ante afirmaciones tales como: Es que todos los hombres son unos cretinos, el terapeuta podría preguntar: <<¿Todos?>> o bien: <<¿A qué hombres te refieres concretamente?>> La primera interrogación pretende cuestionar las creencias del paciente para ayudarlo a hacerse consciente de su mecanismo. La segunda constituye una pregunta de clarificación, destreza imprescindible en la práctica de la escucha activa que todo terapeuta debería conocer y manejar, y que intenta ayudar al cliente a darse cuenta de su hipergeneralización, transmitir interés en lo que nos está diciendo y, sobre todo, recabar información más específica.
NIVEL ESPIRITUAL
Las personas WIL parecen muy aturdidas por una serie de sentimientos negativos y creencias sobre la vida demasiado nocivas. El moverse en un estado de enfado crónico hace que numerosas informaciones del exterior se perciban con un importante nivel de distorsión. Evidentemente, no todo el mundo quiere controlar o perjudicar al prójimo.
Casi todas las competencias de la inteligencia emocional se ven afectadas en este patrón. La autoconciencia es mínima. Su capacidad de autorregulación es casi nula, ya que no puede manejar positivamente sus emociones al encontrarse prisionero de un flujo de pensamientos tóxicos rumiativos que mantienen su nivel de enfado crónico.
En lo interpersonal, la carencia de empatía es total, ya que los demás no solo parecen no importarle, sino que a menudo se erigen en una especie de diana contra la cual disparar su irritación crónica. Por otra parte, se debe considerar que muchos WiL perciben a los demás como seres despreciables, guiados por aviesas motivaciones.
Su agresividad mal disimulada los separa definitivamente del resto de los humanos. «Los otros» forman parte de esa concepción abstracta y difusa que él nombra como «la vida». Y recordemos que «la vida le debe». Luego, todos los demás están en deuda con él. De alguna manera, ha renunciado a gestionar su propia vida de forma responsable y ética.
Queda claro por qué la persona WIL parece estar en las antípodas de la evolución espiritual, ya que sus sentimientos y actitudes constituyen un fuerte obstáculo para el aprendizaje de cualquier lección de Bach. Sin embargo, la esencia del sauce es de las más espiritualizadas (tercera generación floral) y, por tanto, siempre puede ayudar a reconducir la personalidad distorsionada a la tutela del alma de quienes han sido desviados por ese conglomerado de rasgos negativos que denominamos WIL.
NIVEL TRANSPERSONAL
Retención. Irritación. Fermentación. Rigidez
Desde una visión transpersonal, la latencia y el hecho de que el conflicto de WIL se alimente en planos interiores (retención e irritación) ha llevado a aplicar un símil a nivel dermatológico. Efectivamente, esta esencia puede ser útil en enfermedades crónicas de la piel que tiendan a producir brotes irritativos, como psoriasis, eccemas, herpes labial, etc.
WIL tiene que ver con la humedad y los líquidos. Este hecho parece derivarse del propio comportamiento del árbol que, como dice Julian Barnard, crece reumáticamente en riberas y zonas húmedas. La esencia es recomendable para evitar la producción excesiva de mucosidades y eliminar líquidos retenidos. También debe ser considerado su uso en procesos reumáticos (artrosis) (263) al relacionarse con la rigidez y la irritación-inflamación de nivel medio.
El concepto fermentación se aplica en procesos de mala digestión cronificada, gastritis, trastornos intestinales, etc. También resulta superponible a levaduras, como las micosis.
NOTAS
Papá detesta el carnaval. Papá detesta la alegría
La siguiente anécdota fue referida por una alumna mía del curso regular de terapia floral. Por lo visto, la muchacha quedó muy impresionada cuando en el estudio de WIL descubrió el vivo retrato de su padre. Tanto es así que bromeó con traer una foto del hombre para ser proyectada junto a las imágenes del sauce.
Compartía un tramo de trayecto diario en coche con su padre; probablemente él la llevaba al trabajo o a la universidad. Como podemos deducir, el diálogo con un WIL no resulta muy alentador para iniciar el día con optimismo; más bien se despliega como un monólogo irritado contra el tráfico, los motoristas macarras, los ciclistas descerebrados, las diversas categorías de desaprensivos, los ladrones del ayuntamiento y un largo etcétera.
Sin embargo, nuestra protagonista estaba contenta. Se acercaba el carnaval y participaba en una de esas coreografías de grupo, algo así como una comparsa con vestidos para desfilar en algún momento de la fiesta. Después de explicarle los detalles del disfraz (supongo que con entusiasmo y alegría) cometió el error de preguntar a su padre: <<¿Qué te parece, papá?>> a lo que el susodicho respondió: <<¡Que parecerás una puta!>>
Ya puede imaginar el lector adónde fue a parar toda la alegría de la pobre chica…
250 Millon, op. cit. En gran medida WIL corresponde a los trastornos paranoide y negativista de la personalidad, de donde extraigo el párrafo.
254 Ídem.
255 El término antisocial se emplea aquí como referencia a un tipo de personalidad que no se adapta a las normas sociales, a las que cuestiona de forma rebelde, anteponiendo sus propios intereses a los del grupo y moviéndose en una hostilidad permanente.
256 El criterio de «fracasado» o «perdedor» se refiere, en general, según la visión del propio WIL y de los usos sociales más materialistas, a logros que tienen que ver más bien con el concepto de estatus social, poder adquisitivo, prestigio, bienes materiales, etc.
257 Op. cit, refiriéndose nuevamente al negativista.
258 Ver Bibliografía, al final del libro.
259 En España los detractores denominan a estos programas «telebasura», y creo que no les falta razón.
260 Cañellas, Jordi. Cuaderno botánico de Flores de Bach. integral. Barcelona, 2008.
261 Rodríguez y Orozco. Ver Bibliografía.
262 Para entender este apartado es absolutamente necesario leer la Introducción al patrón transpersonal que figura en el apéndice del libro.
263 No en vano la corteza del sauce es rica en salicilatos, precursores de la actual aspirina (ácido acetil salicílico).